El peligro de no ir al ginecólogo

“Cada día mueren aproximadamente diez mujeres en Colombia con cáncer”. Este desastre se da seguramente no tanto por las políticas de salud sino por la mala operatividad del sistema de salud, su ineficiencia y el mal uso que hacemos de este, y aquí
me refiero a las mujeres que no acuden a programas de tamizaje para evaluar riesgos, prevenir riesgos, tratar enfermedades y buscar la rehabilitación de las posibles secuelas que estas enfermedades hagan en los pacientes.

Este desastre podría disminuir considerablemente si las mujeres acudieran a sus controles. Sin embargo, muchas no van porque utilizan el tiempo en otros planes, porque lo olvidan, porque temen el encuentro con la incómoda silla ginecológica o con su Ecografía vaginal o porque “se sienten bien” craso error.

Se necesita una medicina preventiva más que curativa, ahora yo entiendo que acudir al ginecólogo no es igual que ir al otorrino o al oftalmólogo, ya que muchas mujeres tienen cierto rechazo por temor, pudor o porque “se sienten bien de salud”, aunque estoy seguro que la mayoría tiene claro que esta cita es muy importante, mucho más que cualquier tabú.

Muchos dicen que el término  “cita ginecológica” debe cambiarse por “promoción de salud ginecológica de la mujer” yo le colocaría “asesoría o tamizaje de la salud femenina”, y seguramente mejoraríamos la salud de la mujer impactando en prevención y tratamiento temprano y oportuno de las enfermedades.

En esta asesoría y  tamizaje me encargo de una buena historia clínica, recabando sintomatología y antecedentes de importancia para la mujer , luego una revisión física que incluya valoración de los genitales y complementando con una herramienta tan importante como es el ultrasonido, para terminar el tamizaje se ordenan examen de laboratorio e imágenes que por lo menos cubran las patologías cancerosas como son el cancer de cuello uterino, el cáncer de endometrio, el cáncer de ovario, el de seno y el de colon.

El cáncer de cuello uterino ocupa un gran porcentaje de las conversaciones de los ginecólogos con la paciente, “es más frecuente entre mujeres de 30 a 50 años y se suelen diagnosticar unos 5 mil casos al año”. Conviene revisar esta enfermedad con lupa y por eso es tan necesario ir al ginecólogo.

Este cáncer siembra marcas silenciosas antes de atacar realmente: “conocemos la patología del cáncer de cuello uterino del que tenemos un indicador: la infección por condilomas o Virus del Papiloma Humano (VPH), que son lesiones benignas, pero con potencial de malignización. Si resolvemos estas lesiones seguramente evitaremos el cáncer de cervix..

Es importante anotar que un gran porcentaje de VPH no se maligniza y que además los que se transforman da un margen de tiempo para vencerlo: “Desde que se produce el contagio de VPH en parejas que no se cuidan hasta que aparecen las primeras lesiones precursoras, pueden pasar de 5 a 10 años”. Aún así, el número de casos no disminuye.

La idea es acudir a la consulta ginecológica y establecer el programa de tamizaje con citologías anuales,  test de VPH o colposcopia si se necesitan hasta los 65 años.

El cáncer de mama es el otro gran enemigo.  El principal grupo de riesgo es el de las mujeres entre 50 y 69 años, que deben hacerse la mamografía cada dos años o anual.  Las mujeres más jóvenes no deben bajar la guardia, se están viendo cánceres de mama en edades más tempranas, incluso por debajo de los 30 años. Se ha hablado de factores ambientales, de tabaquismo y de tóxicos que desconocemos. Una importante herramienta es la evaluación de Mamas y la Ecografía mamaria.

La primera cita con el ginecólogo debe ser en el momento del desarrollo, con su primera menstruación, pero generalmente es aceptable cuando la mujer tiene sus primeras relaciones sexuales.  Este grupo recibe atención especial con fines educativos porque “los jóvenes se cuidan muy poco” y porque ven “cada vez más embarazos no deseados”. Los expertos también quieren inculcar en los adolescentes la importancia de prevenir enfermedades de transmisión sexual como el VPH.

“Estamos viviendo en una sociedad en la que hay mucha información, pero los jóvenes están muy desinformados al respecto”, lo ideal es que la visita sea anual. Otro fin es  es crear hábitos saludables en relación a la salud sexual y reproductiva”.

Una buena historia clínica es producto de la información del paciente, nosotros la redactamos y la interpretamos, por eso, lo único que debe llevar una mujer al encuentro con su ginecólogo es la información clara (menstruaciones, anticonceptivos, irregularidades, embarazos, intervenciones, etc.), debe haber una buena confianza para poder tocar todos los temas, por muy incómodos que sean, y la mente abierta para saber escuchar, por eso es de importancia la consulta particular,  ya que la paciente escoge al profesional que le brinde esta garantía.

“Vivimos en una sociedad tecnificada en la que a veces nos olvidamos de hablar y, muchas veces, el 80% de una “asesoría”, consulta médica es simplemente hablar, orientar, tranquilizar, informar y educar.

Dr. Barrios

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