RESEÑA DE LA NOVELA MARÍA DE JORGE ISAACS

RESEÑA DE LA NOVELA MARÍA DE JORGE ISAACS
POR JAIME BARRIOS NASSI




15 de agosto 2018

Bueno aprovechando la visita que hicimos al departamento de Valle del Cauca, a su capital Cali y a la hacienda el Paraíso, museo emblema de la obra del gran escritor Jorge Isaacs me día a la deliciosa tarea de volver a leer “María”, novela cumbre del romanticismo en Latinoamérica, y es aquí leyendo esta joya que los quebrantos de la memoria tienen una gloriosa recompensa, ya que lo que recordaba era que Efrain se enamora de la “hermana” adoptiva, pero su amor se ve truncado por la desventura de la enfermedad mortal heredada por la propia María y también por el viaje que tiene que hacer a Europa para estudiar Medicina.

Lo que me sorprendió fue que puede desglosar en la novela varios aspectos que puedo describir, el primero , por su importancia es su texto con contenido hermosamente romántico expresado en estos párrafos :

“aquí, caros amigos míos, la historia de la adolescencia de aquel a quien tanto amasteis y que ya no existe…”

“Vosotros no ignoráis las palabras que pronunció aquella noche terrible, al poner en mis manos el libro de sus recuerdos: «Lo que ahí falta tú lo sabes: podrás leer hasta lo que mis lágrimas han borrado». ¡Dulce y triste misión! Leedlas, pues, y si suspendéis la lectura para llorar, ese llanto me probará que la he cumplido fielmente”.

“Era yo niño aún cuando me alejaron de la casa paterna para que diera principio a mis estudios en el colegio”.

“cortó de mi cabeza unos cabellos: cuando salió, habían rodado por mi cuello algunas lágrimas suyas”.

“..aquella precaución del amor contra la muerte delante de tanta vida, hicieron que durante el sueño vagase mi alma por todos los sitios donde había pasado, sin comprenderlo, las horas más felices de mi existencia”.
“Cuando en un salón de baile, inundado de luz, lleno de melodías voluptuosas, de aromas mil mezclados, de susurros de tantos ropajes de mujeres seductoras, encontramos aquella con quien hemos soñado a los dieciocho años y una mirada fugitiva suya quema nuestra frente, y su voz hace enmudecer por un instante toda otra voz para nosotros, y sus flores dejan tras sí esencias desconocidas; entonces caemos en una postración celestial: nuestra voz es impotente, nuestros oídos no escuchan ya la suya, nuestras miradas no pueden seguirla”.

“...nuestros labios murmuran en cantares su alabanza, y es esa mujer, es su acento, es su mirada, es su leve paso sobre las alfombras, lo que remeda aquel canto, que el mundo creerá ideal”.

“Primer amor!… Noble orgullo de sentirnos amados: sacrificio dulce de todo lo que antes nos era caro a favor de la mujer querida; felicidad que comprada para un día con las lágrimas de toda una existencia, recibiríamos como un don de Dios; perfume para todas las horas del porvenir; luz inextinguible del pasado; flor guardada en el alma y que no es dado marchitar a los desengaños; único tesoro que no puede arrebatarnos la envidia de los hombres; delirio delicioso… inspiración del Cielo… ¡María! ¡María! ¡Cuánto te amé! ¡Cuánto te amara!”.





El Segundo aspecto y no menos importante es la descripción de los hechos ocurridos a Efrain y María, desde la llegada de sus padres a estas tierras, hasta los diálogos cotidianos con los vecinos, amigos y el desenlace fatal y trágico.

El tercer bloque, el cual es de una majestuosa belleza es la descripción poética del paisaje, el cual para mí es una joya literaria universal:

“El rumor del Zabaletas”.
“me recibieron al regresar al nativo valle”.
“El cielo tenía un tinte azul pálido: hacia el oriente y sobre las crestas altísimas de las montañas, medio enlutadas aún, vagaban algunas nubecillas de oro, como las gasas del turbante de una bailarina esparcidas por un aliento amoroso”.
“...planicies de verdes gramales, regadas por riachuelos”.
“Estaba mudo ante tanta belleza, cuyo recuerdo había creído conservar en la memoria porque algunas de mis estrofas..”
“El viento voluble dejaba oír por instantes el rumor del Río”.
“Así el cielo, los horizontes, las pampas y las cumbres del Cauca hacen enmudecer a quien los contempla”.
“Las grandes bellezas de la creación no pueden a un tiempo ser vistas y cantadas: es necesario que vuelvan al alma, empalidecidas por la memoria infiel.
los grupos de sus sauces y naranjos…”.

“Las garzas abandonaban sus dormideros formando en su vuelo líneas ondulantes que plateaba el Sol, como cintas abandonadas al capricho del viento”.
“...sobre cuyas flores revoloteaban millares de esmeraldas, nos ofrecían densa sombra y acolchonada hojarasca donde extendimos las ruanas”.
“La naturaleza es la más amorosa de las madres cuando el dolor se ha adueñado de nuestra alma; y si la felicidad nos acaricia, ella nos sonríe”.
“ ...hermosura de los árboles y los bejucos florecidos que se bañaban en las espumas, como guirnaldas desatadas por el viento”.
“El Sol al acabar de ocultarse teñía las colinas, los bosques y las corrientes con resplandores color de topacio”
“Cuando llegamos a las pampas, el sol, rasgadas ya las nieblas que entoldaban las montañas a nuestra espalda, envolvía en resplandores metálicos los bosques que en fajas tortuosas o en grupos aislados interrumpían a distancia la llanura: las linfas de los riachuelos que vadeábamos, abrillantadas por aquella luz corrían a perderse en las sombras, y las lejanas revueltas del Zabaletas parecían de plata líquida y orladas por florestas azules. María dejó entonces caer el velillo sobre su rostro, y al través de la inquieta gasa de color de cielo, buscaba algunas veces mis ojos con los suyos, ante los cuales todo el esplendor de la naturaleza que nos rodeaba me era casi indiferente”.
“...majestuosas curvas, pasa al principio por en medio de colinas pulcramente alfombradas, de las que ruedan a unírsele torrentes espumosos, y sigue luego acariciando los follajes de los carboneros y guayabales de la orilla; se oculta después bajo las últimas cintas montañosas donde parece darle en murmullos sus últimos adioses a la soledad, y al fin piérdese a lo lejos, muy lejos en la pampa azul, donde en aquel momento el Sol al esconderse tornasolaba de lila y oro su raudal”.
“...ascendiendo por los tortuosos senderos de la ribera, la noche estaba engalanada ya con todos los esplendores del estío. Las albas espumas del río pasaban resplandecientes, y las ondas mecían los cañaverales como diciendo secretos a las auras que venían a peinarles los plumajes. Los no sombreados remansos reflejaban en su fondo temblorosas las estrellas; y donde los ramajes de la selva de una y otra orilla se enlazaban formando pabellones misteriosos, brillaba la luz fosfórica de las luciérnagas errantes. Sólo el grillar de los insectos nocturnos turbaba aquel silencio de los bosques; pero de tiempo en tiempo el bujío, guardián de las negras espesuras, revoloteaba a mi alrededor haciéndome oír su silbido siniestro”.
“Los primeros rayos del Sol al levantarse, trataban en vano de desgarrar la densa neblina que como un velo inmenso y vaporoso pendía desde las crestas de las montañas, extendiéndose flotante hasta las llanuras lejanas. Sobre los montes occidentales, limpios y azules, amarillearon luego los templos de Cali, y al pie de las faldas blanqueaban cual rebaños agrupados los pueblecillos de Yumbo y Vijes”.
El cuarto bloque y que le ha dado fama por ser de las primeras obras constumbristas de Latinoamérica:

“entonaban los bambucos con maestría tal; había en sus cantos tan sentida combinación”.

“...casa el provocativo almuerzo. Campeaba el maíz por todas partes: en la sopa de mote servida en platos de loza vidriada y en doradas arepas”.
“Las provisiones eran blandas y moradas masas de choclo, queso fresco y carne asada con primor: todo ello fue puesto sobre hojas de platanillo. Sacó en seguida de entre una servilleta una botella de vino tinto, pan, ciruelas e higos pasos, diciendo:

No faltó la panela, dulce compañera del viajero, del cazador y del pobre. El agua estaba helada. Mis cigarros de olor  humearon después de aquel rústico banquete”.
“...incontestables. Las gentes porteñas le parecían cada día más alegres, comunicativas y despreocupadas; pero no encontraría”.

“Colocándose en su puesto entonó por respuesta el primer verso del siguiente bunde, respondiéndole Cortico con el segundo, tras de lo cual hicieron pausa, y continuaron de la misma manera hasta dar fin a la salvaje y sentida canción. Se no junde ya la luna; Remá, remá. ¿Qué hará mi negra tan sola? Llorá, llorá. Me coge tu noche escura, San Juan, San Juan. Escura como mi negra, Ni má, ni má. La lú de su s’ojo mío Der má, der má. Lo relámpago parecen, Bogá, bogá”.
Y como quinto bloque destacó la inserción de una historia dentro de la novela, esta vez la historia relatada es de la nana de Efrain Felicia, cuyo nombre africano era Anay.  La Historia de la princesa africana Anay, su amante el príncipe Sinar y su padre el rey Magmahú, es una historia de la esclavitud, de las luchas entre tribus, de las peripecias de los negros esclavos y de su gran pena en ese mundo lleno de injusticias

Otros aspectos a destacar en esta gran novela es la historia de conversión de muchos judíos inmigrantes en católicos y la demostración de su gran fe, tintes de novela negra con la inclusión del ave negra como señal de mal presagio.

“El escritor colombiano Jorge Isaacs (1837-1895) es el autor de la novela de mayor éxito que se haya publicado nunca en la América hispana después de Cien años de soledad, de Gabriel García Márquez.

la historia de los amores entre María y Efraín, que Isaacs dio a la imprenta en 1867 bajo el título de María, había alcanzado las cincuenta ediciones antes de que finalizara el siglo XIX”.

La vida de escritor también es una historia excepcional que dejaré para que ustedes investiguen y quizás se atreverán como yo a abrazar su escultura y su espíritu en el parque de los poetas en el centro de Cali.





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