El primer tocadiscos
El primer tocadiscos Por Jaime Barrios Nassi Muchos años después, frente a la pandemia del Covid, mi espíritu había de recordar aquella tarde remota en que su madre me llevó a conocer la tienda de “discos cartagena”, al frente del parque centenario. En mi casa, en esos tiempos de madera, se escuchaba radio local, música folclórica, transmisiones de béisbol, de boxeo y Kalimán por la tarde, pero esta vez se necesitaba, así como la conversión de la casa de madera a material, la poza séptica en alcantarillado, los gallos finos de pelea en gallinas ponedoras de huevo. Así mismo, la música por radio en una escucha y utilización de un tocadiscos marca “Philips”, por fin se podría repetir y escoger el disco y la canción que uno quisiera, discos de vinilo, color negro, con surcos delicados, de 12 y 7 pulgadas, y de 33 y 45 revoluciones por minuto respectivamente, velocidades que se ajustaban con un botón, y ajuste en el mástil del tocadiscos que en los más pequeños se tenían que adaptar con u